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Un CEO al descubierto: el lado humano de aterrizar a una nueva Dirección

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Cuando uno asume la responsabilidad de liderar una organización centenaria como Colchones Relax, lo hace con una mezcla de ilusión, respeto y, por qué no decirlo, cierta dosis de vértigo. Porque más allá del cargo y de la estrategia, llegar a una nueva empresa —especialmente en un momento clave de transformación— es, ante todo, un proceso profundamente humano.

Los días previos a mi incorporación fueron intensos: lecturas, datos, presentaciones, informes… Pero ninguna preparación sustituye al “aterrizaje real”. Nada reemplaza ese primer paseo por la fábrica, ese apretón de manos sincero, esa mirada curiosa del operario que se pregunta “¿y este quién será?”. Es en esos gestos cotidianos donde uno empieza a comprender la verdadera cultura de la compañía.

Porque, aunque el liderazgo suele asociarse a decisiones y resultados, creo firmemente que empieza por la escucha. Y eso hice: escuchar. A cada persona del equipo directivo, a los mandos intermedios, a quienes están en producción, en logística, en administración o en ventas. Escuchar cómo ven la empresa, qué les enorgullece y qué les duele. Escuchar sin prejuicios, con humildad y con el compromiso de no quedarme en la superficie.

Lo primero que descubrí es que Relax es mucho más que un fabricante de colchones. Es una empresa con alma. Con historia, con oficio, con un propósito claro: ayudar a que las personas vivan mejor a través del descanso. Esa visión —que trasciende el producto— conecta con mi manera de entender el liderazgo: no se trata solo de lograr objetivos, sino de generar impacto positivo y construir una organización que deje huella.

Mi papel no es imponer un estilo, sino integrar lo mejor de lo que traigo con lo mejor de lo que ya existe. Y eso requiere equilibrio. Por un lado, aportar una mirada externa que cuestione inercias, que desafíe zonas de confort y que impulse el cambio necesario para seguir con un crecimiento sostenible y rentable. Por otro, respetar lo construido, reconocer el saber hacer acumulado y cuidar la esencia de una empresa que ha superado muchas vicisitudes durante su más de un siglo de historia.

Liderar también es estar presente con todos los sentidos, ser humano y coherente. He compartido desde el primer día lo que espero del equipo y lo que el equipo puede esperar de mí: humanidad, honestidad, humildad, humor, autoexigencia y compromiso. No son palabras vacías; son los principios que guían mi forma de trabajar y que deseo que impregnen nuestra cultura.

Sé que no todo será fácil. Transformar exige tomar decisiones difíciles, gestionar resistencias y asumir riesgos. Pero también sé que cuento con un equipo capaz, con talento y con una fuerte vocación de mejora. Si sumamos visión, proyecto, disciplina y confianza mutua, lograremos no solo crecer, sino hacerlo de forma coherente con nuestros valores.

Agradezco profundamente la acogida recibida. Cada conversación, cada gesto y cada reto compartido me confirman que estoy en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Estoy aquí para liderar, sí, pero también para aprender, para acompañar y para construir junto a todos mis compañeros el futuro de Colchones Relax.

Porque para mí, liderar Relax no es solo dirigir una empresa, es abrazar un propósito: el de construir junto a un gran equipo una organización con sentido, con alma y con futuro.

La Tribuna de Voces es un espacio de opinión que responde a la visión de los autores del tema tratado. Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Zaragoza no se hace responsable de esta.