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Verónica Iliescu: «Pensar en la mejora continua es una característica de Cablescom desde siempre»

  • La CEO de Cablescom fue la protagonista de una Mesa Abierta en la que se habló de internacionalización, calidad y personal comprometido

Cablescom pertenece ahora a un grupo chino. Pero hasta llegar ahí ha pasado por manos británicas, americanas y sudafricanas. Ha vendido cable por todo el mundo y sus principales clientes están en Francia. Parece claro por qué la internacionalización estuvo muy presente en esta Mesa Abierta, protagonizada por su CEO, Verónica Iliescu, conducida por el jefe de Promoción Internacional de Cámara Zaragoza, Miguel Ángel Martínez, y patrocinada por Kalibo.

Los inicios profesionales de Iliescu como ingeniera fueron en su país de origen, en aseguramiento de la calidad para una central nuclear. Cuando vino a España trabajó en la parte más técnica de su profesión y se dio cuenta de que no era lo que más le gustaba. «Me atraía más la parte de gestión y de calidad de procesos. Encontré trabajo en Madrid para implementar la norma ISO en una empresa que pertenecía al mismo grupo que Cablescom en aquel momento». Como tuvo éxito, el grupo abrió una fábrica de cables en Perú, una sucursal de Cablescom, y enviaron allí a la directiva para implantar la norma ISO. «Pensar en la mejora continua es una característica de la empresa desde siempre», señala.

Así empezó su andadura en el sector de los cables de comunicación, y hasta ahora. En 2021 Cablescom cumplirá 50 años y Verónica Iliescu lleva 25 años trabajando en la empresa. Cablescom se fundó para contribuir a la instalación telefónica en España y Latinoamérica, gracias a una unión entre Telefónica y General Cable y la empresa fue creciendo y diversificándose. «Empezaron fabricando cable de cobre con una gran tecnología, pero en 1982 nos dimos cuenta de que el futuro era la fibra óptica». Fueron los primeros en instalar fibra óptica en España, en Zaragoza, con una línea que unía la estación del Portillo con una central de Telefónica en Santa Isabel. Después, Renfe les encargó otra línea en Barcelona.

Dentro del proceso de diversificación, desarrollaron cable de señalización para el sector ferroviario de alta velocidad: fabricaron el primero para la línea Madrid-Sevilla y continuaron hasta ahora, cuando el 50% de la instalación actual está fabricado en Zaragoza.

Fueron comprados por un grupo británico, que les mantuvo hasta 1998, cuando los vendió a una empresa americana especialista en fibra óptica. En aquel momento el 10% de su producción era fibra óptica y el 90% cable de cobre. «Fue una temporada muy complicada y la competencia decía que íbamos a desaparecer. Al final salimos adelante y conseguimos pasar el bache. Los clientes confiaban en nosotros«, señala. Volvieron a sacarlos a la venta y finalmente un grupo sudafricano apostó por ellos. Estuvieron dentro de este grupo entre los años 2000 y 2016, cuando los vendieron al grupo chino actual. «Nuestra experiencia internacional es muy amplia porque en cada lugar trabajan de forma diferente».

La búsqueda continua de proyectos y nuevos materiales, la internacionalización y la apuesta por la responsabilidad social son los pilares principales de la compañía, que valora mucho a su personal. «La empresa es la gente que te atiende e intentamos que los que nos representan lo hagan bien. Tenemos una organización muy plana. No hay mucha posibilidad de promoción vertical, pero sí de desarrollo horizontal porque no tenemos estanqueidad entre los departamentos. Buscamos que cada persona esté en el departamento donde pueda aportar más»

Han vendido en casi todo el mundo a lo largo de la historia y ganaron un Premio a la Exportación de Cámara Zaragoza el año pasado. «Jugamos en ligas de grupos muy grandes y hemos competido bien porque aprendemos cada día».

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