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«El producto español tiene sitio en Francia, sólo hay que saber entrar»

  • El director de la Cámara de Comercio Franco Española, Bertrand Barthélemy, ha participado en un desayuno de trabajo del Club Fórum Internacional de Cámara Zaragoza.

Bertrand Barthélemy, director de la Cámara Franco Española. FOTOS: ARTURO GASCÓN

El director de la Cámara de Comercio Franco Española, Bertrand Barthélemy, ha participado en un desayuno de trabajo organizado por el Club Fórum Internacional de Cámara Zaragoza al que han acudido cerca de 30 empresas para conocer las claves para desarrollar negocios en el mercado francés. Junto a él han estado el delegado de la Cámara Franco Española en Zaragoza, Wenceslao Gracia Zubiri, y el jefe de Promoción Exterior de Cámara Zaragoza, Miguel Ángel Martínez.

Han presentado Francia como un mercado bastante saturado, en el que a veces resulta difícil entrar, pero muy ventajoso cuando una empresa consigue introducirse. «Estar tan cercanos ayuda, pero también complica, como ocurre en una comunidad de vecinos», ha explicado Barthélemy.

Francia es el segundo país más poblado de la Unión Europea e, igualmente, representa la segunda economía más importante, después de Alemania. «Cualquier empresa con buen producto y buena estrategia puede operar en Francia, no importa el sector al que se dedique, aunque los que más facturación mueven es el agroalimentario, distribución, hostelería, productos para agricultura, aeronáutica, automoción, turismo, el sector del lujo y la energía», ha detallado.

El director de la Cámara de Comercio Franco Española ha desgranado las mejores formas para introducirse en ese mercado, que puede ser a través de un distribuidor o de un agente comercial. «En Francia hay unos 30.000 agentes comerciales. Lo mejor es elegir a uno dinámico, con contactos y experto en el sector y en el territorio que opera», ha selado Barthélemy. La diferencia con el distribuidor, es que el agente no factura, sólo se lleva una comisión de lo que cobra la empresa. Además, el agente proporciona los datos de los contactos a las empresas para que ellas negocien, mientras que con un distribuidor no sabes para quién son los pedidos.

La importancia del idioma para los franceses obliga al que quiere entrar en el mercado a tener preparado, como mínimo, un folleto en su lengua y algún trabajador que lo hable con fluidez. «El trato también es importante para ellos. Les gusta marcar las distancias en las relaciones de trabajo, por lo que no les gusta que les tuteen ni que les saluden con besos», ha explicado Barthélemy.

La profesionalidad es importante en Francia, todo debe quedar reflejado por escrito de manera clara, así como la rapidez y la calidad. «Francia impone al principio, pero el producto español, con su calidad, tiene sitio. Sólo hay que saber entrar», ha concluido.

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