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#InmersiónTalento con Raúl Benito, presidente de Eboca

  • Enrique Iniesta (Pikolin) entrevistó a Raúl Benito, presidente de Eboca

El Club Cámara Fórum Personas, la modalidad de la plataforma cameral orientada a las empresas donde la gestión de los Recursos Humanos es clave en su negocio y estrategia, organiza el formato #InmersiónTalento, donde las empresas conversan sobre el capital humano. La primera sesión del año giró en torno a la innovación y otros modelos de gobernanza, a través de una conversación entre el presidente de Eboca, Raúl Benito, y el director de Desarrollo de Recursos Humanos de Pikolin, Enrique Iniesta.

El escenario de este formato es uno de los más singulares de la capital aragonesa: el Acuario de Zaragoza, que colabora con esta iniciativa prolongando el encuentro con un almuerzo para socios del Club en su restaurante. #InmersiónTalento cuenta además con el patrocinio de Newlink Education (Galería fotográfica al final del texto).

La próxima cita con este formato será el próximo 12 de febrero. Tania Grande (Ayanet) y , especialista en gestión de personas y empleabilidad, liderarán la jornada para conversar sobre Valor profesional y desarrollo de empleabilidad de los equipos en las organizaciones”. Si quieres asistir al almuerzo-tertulia, ya puedes inscribirte.

 

-Eres el alma mater de Eboca desde hace mucho tiempo…

Llevamos más de 35 años, aunque nos llamamos Eboca desde 2010 y fue cuando pasamos a ser más auténticos. Yo vengo de una familia dedicada al comercio y siempre me ha gustado el mundo de la empresa. Con 17 años ya entré a formar parte de la empresa de la familia. Soy una persona curiosa a la que no le asusta el cambio. Mi padre ya era un hombre inquieto y me inspiró.

-Padre de tres hijos, emprendedor… ¿te aburres alguna vez?

No, le dedico mucho tiempo al trabajo.

-¿Tú dirías que alguien puede adquirir la habilidad de ser innovador o es innato?

Hay perfiles que tienden más a la innovación, pero condiciona mucho el entorno. En función de cómo gestionamos la creatividad y la innovación, el resultado puede ser muy distinto con las mismas personas. Podemos tener la materia prima, pero hace falta un entorno adecuado para que fluya.

-¿La autonomía tiene que ver con la innovación?

Sí, las empresas tienen que conseguir que el talento fluya bien. Se pone un porcentaje pequeño al servicio del objetivo común.

-La innovación es clave en Eboca.

Sí, tanto en producto que ofrecemos como en organización: cómo repartimos tareas, si damos autonomía, permitimos conciliación… En general, las empresas son muy poco evolutivas y no se adaptan de manera natural a los cambios de la sociedad.

-Podrán seguir viviendo sin evolucionar?

En esta sociedad todo se ha acelerado mucho y esto nos obliga a ser más evolutivos. Por ejemplo, hay que cambiar la gestión de las tensiones dentro de la empresa, que tienen detrás mucha energía y hay que ponerla al servicio del propósito.

-¿Hace falta escuchar?

Hace falta un marco comunicativo que permita hablar de las tensiones sin riesgos, que se pueda hablar y dar opiniones. Hay que dar poder a la gente para que autogestione sus tensiones. Los jefes tenemos que dar un paso atrás y los empleados un paso adelante.

-El jefe pasa de ser el que sabe más y soluciona temas a ¿ser qué?

Uno más, con unos determinados roles y tareas a realizar.

-En Eboca habéis innovado mucho en oferta de producto y experiencia de usuario y organización…

Ahora estamos implantado una tecnología de gobernanza bastante desconocida que se basa en todo esto que hablamos. Trata de gobernanza de una organización donde hay personas, con más autogestión, claridad, definición de los límites de cada uno. Se llama Holacracia y es una organización en círculos. Es una aventura muy interesante porque deja atrás la gestión por procesos y muchas otras cosas.  Pone patas arriba los modelos de gestión tradicionales.

-¿Estáis encontrando resistencias?

Nos va a costar como 7 u 8 meses hacer el despegue completo. Este mes que viene arrancaremos en el área de Marketing, va por fases. Todos vamos a funcionar con las mismsas normas, hay hasta una Constitución que lo recoge todo. Lo que más cuesta es que la gente hable y ponga encima de la mesa las tensiones. Cuando ven lo liberador que es y la energía que se saca, la gente le coge gusto. Cuesta la metodología de reuniones y la gestión de las tensiones porque no están orientadas al consenso, como es tradicional, hay más autonomía. El esfuerzo merece la pena porque se ponen muchas capacidades al servicio de lo que queremos conseguir.

-Tenemos claro que en las organizaciones debe haber innovación. ¿Pero si todas las personas son súper innovadoras, sería ingobernable?

Yo creo que no porque todos podemos innovar en nuestro desempeño cotidiano. Lo importante es definir la autonomía de cada uno para aplicar sus ideas sin meterse en terreno de otro.

-Haciendo de abogado del diablo, ¿siendo una organización relativamente pequeña es más fácil implantar este modelo, pero en una organización grande es complicado?

Normalmente los grandes tienen más dinero y recursos, que es más facilitador, pero al tener más empleados, puede ser más complejo. Unas cosas por otras. El problema está en quiénes dirigen las empresas, cómo y al servicio de quién. Es saber en qué medida queremos que la organización sea de otra manera.

-La holacracia tiene más que ver con la metodología y la forma de pensar que con la tecnología.

Es una tecnología de gobernanza de la organización, no de gobernanza de las personas.

-Se tiende a pensar que la innovación es más fácil con personas jóvenes, pero puede que no sea así necesariamente

Todo el mundo puede aportar. No hay duda de que la gente más joven lleva de manera natural el uso de tecnologías y costumbres que facilitan la innovación. A la gente de más edad nos cuesta más hablar de la tensión que hay detrás y la gente joven habla de manera más abierta.

-Llegando a Huesca, que es donde tenéis vuestra sede, se ven una vacas de colores, sois una empresa diferente. ¿Habéis sido David contra Goliat?

Las vacas son Valeria y Lorenza. Nuestra competencia son monstruos enormes, multinacionales, y tenemos muy claro que no podemos pelear con ellos con sus armas. Intentamos jugar de otra manera porque es la expresión de lo que somos.

 

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