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Raquel Montañés: «Tenemos una gran confianza en nuestro equipo humano, somos como un reloj muy bien engranado»

  • La directora y consejera delegada en IDE Electric contó su trayectoria profesional, sus proyectos y cómo ve el futuro de las empresas en la coyuntura actual

Raquel Montañés es una empresaria forjada desde la cuna. Desde pequeñita vivió la creación, consolidación e internacionalización de IDE Electric, la empresa fundada por su padre, y nos contó toda su experiencia y trayectoria en una Mesa Abierta patrocinada por Kalibo.

«Mi padre quiso darnos una formación internacional y estudié en el Colegio Alemán, algo que me influyó positivamente. Hice Administración y Dirección de Empresas a caballo entre España, Inglaterra y Estados Unidos. Acabé un viernes, cargué el coche y me vine a Zaragoza para empezar a trabajar el lunes en la empresa. Mi padre se iba de viaje y ya me había encargado cosas», explica Montañés, que ya estaba al tanto del funcionamiento de la empresa porque su padre le informaba mientras estudiaba, incluso muchas veces «perdí clase para ir con él para hacer de intérprete a Alemania». Así, Montañés creció muy vinculada a la empresa: «no valoré otras opciones». La empresaria califica al mundo de la empresa como muy sacrificado, «pero muy satisfactorio» y destaca la responsabilidad que se adquiere al ser empresaria «porque muchas familias viven de IDE».

En la trayectoria de Montañés, su padre ha sido una figura trascendental. «Para llegar donde estoy hace falta un padre que invierta mucho tiempo en ti, en explicar su forma de ver la empresa, el por qué de sus decisiones, etc. Y yo lo voy haciendo ahora con mi hija». Su padre creó IDE Electric cuando ella tenía 12 años, tras ser director de producción de una empresa de inyección de plásticos. La empresa diseña y fabrica material eléctrico, sobre todo envolventes y tomas de corriente. Al principio eran envolventes de plástico, para domicilios, tiendas, etc. y después dieron el paso a envolventes metálicas y tomas de corriente industriales. «Mi padre viajaba mucho en su anterior trabajo y vio que España estaba menos avanzada que el resto de Europa en el tema eléctrico. Por eso desarrolló productos al estilo europeo y arrasaron».

Desde el primer momento, IDE nació con vocación internacional y para ello se apoyaron en la Cámara de Comercio. De hecho, ese afán por exportar les llevó a ganar el año pasado el Premio Pyme del Año en Zaragoza y el Accésit a la Internacionalización en la edición nacional.

Las instalaciones han ido creciendo en capacidad a lo largo de los años y este año han vuelto a invertir en ello, y también en personal de exportación para abrir nuevos mercados. «Tenemos una gran confianza en nosotros mismos, en nuestro equipo humano. Somos como un reloj muy bien engranado». Par Montañés, «el empresario no es nadie sin su gente y hay que hacérselo ver al personal para que se sientan parte del proyecto».

 

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