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Lucía Calderón y Juan Carlos Roig (Asisa): «Lo que nos diferencia es que estamos muy volcados en la persona»

  • La gerente y el director comercial territorial Centro Norte de ASISA fueron los protagonistas de una Mesa Abierta

La salud es lo primero. Es algo que tenemos más presente que nunca por la crisis sanitaria actual. ASISA es una de las principales aseguradoras médicas y tuvimos a su gerente, Lucía Calderón, y a su director comercial territorial de la zona Centro Norte, Juan Carlos Roig, en una Mesa Abierta patrocinada por Kalibo a la que asistió su director general, Miguel de las Morenas.

Lucía Calderón es abogada de vocación, con un master en derecho fiscal y mercantil. Tras terminar la carrera empezó a trabajar en un despacho de abogados, pero lo tuvo que dejar en 2002 porque le propusieron «un proyecto muy ilusionante en ASISA«, con quienes había trabajado como abogada desde 1991. «Cuando la organización se reestructuró y profesionalizó tuve el honor de que contaran conmigo como gerente y estoy encantada». Juan Carlos Roig lleva menos tiempo en ASISA, un año y tres meses, pero lleva cerca de 20 años en el sector del seguro de salud.

Durante la conversación contaron cómo surgió ASISA. «En los años 60 se reunieron varios médicos y pensaron que no era lógico que la sanidad privada fuera patrimonio sólo de las clases altas. Montaron un sistema de iguala y daban servicio. Se constituyó una cooperativa de médicos y de ahí surgió ASISA», explica Calderón. Así, ASISA no tiene detrás una junta de accionistas, sino que los que ponen su capital son los médicos y los excedentes se revierten en el grupo, que cuenta con hospitales, centros oftalmológicos, dentales, centros sanitarios, etc. Además, en los últimos años se han internacionalizado y ya están en Portugal, Duabai y Latinoamérica.

El grupo cuenta con 15 hospitales propios, uno de ellos en Zaragoza (Clínica Montpellier) y engloban todas las especialidades. «Lo que nos diferencia de otras compañías es que estamos muy volcados en el cliente y en la persona», señala Calderón. «Somos humanistas», añade Roig. Además de sus clientes privados, están muy bien posicionados en el sector público (Muface, Isfas y Mugeju). «A nivel nacional, el 60% de nuestros clientes son privados y el 40% funcionarios», asegura Roig.

«En cuestión sanitaria, tanto los clientes privados como los del sector público son pacientes y se les trata igual, pero las coberturas son distintas. Los funcionarios tienen cubierto lo mismo que alguien que está en la Seguridad Social», asegura Calderón. Para la venta a clientes privados, en ASISA echan mano de acuerdos de distribución (con comparadores online, El Corte Inglés…) y de un canal propio con una red de agentes comerciales. Además «contamos con agencias franquiciadas y mediadores, que dan mucha confianza al cliente«, señala Roig.

Cuando comenzó la pandemia, en ASISA trabajaron muy rápido para cuidar a su personal, implementando el teletrabajo, e invirtieron en abrir todos los canales posibles para que el cliente no tuviera que desplazarse a sus oficinas: correo electrónico, teléfono, app. «Los planes de digitalización a dos años vista se llevaron a cabo en tres meses«, explica Roig. Casi de inmediato pusieron en marcha la videollamada para consultas y un chat en el que un médico atiende rápidamente a través del móvil.

La actualidad llevó a hablar de la calidad de la sanidad española: «Tenemos un servicio de segunda opinión médica a disposición de los clientes en el que un grupo de médicos proporciona al mejor facultativo del mundo para que dar un segundo diagnóstico. Conforme ha pasado el tiempo, muchos de los mejores especialistas están en España. Nuestra medicina está avanzada y da solución al 99% de enfermedades, aunque sean raras», explica Roig.

En cuanto a la subida del IVA en el sector, Calderón se mostró preocupada: «La sanidad pública y privada son complementarias y muchas veces los médicos trabajan en los dos sitios, lo importante es atender al paciente sea en el ámbito que sea. Cada vez hay más respeto mutuo y los datos nos demuestran que la complementariedad es buena para el sistema porque es un ahorro para la sanidad pública, entre 8.000 y 11.000 millones de euros anuales. Las pólizas de salud ahora mismo son bastante accesibles para el público general, no es como antes, y es poco comprensible que se aumenten los impuestos».

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