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Jesús Collado: «Mi mayor reto de edificación fue la construcción de colegios para Zaragoza»

  • Este ingeniero, Medalla de oro al Mérito Profesional 2020 por el Colegio Nacional de Ingenieros, protagonizó una Mesa Abierta en la que contó su trayectoria

Jesús Collado ha estado detrás de algunos de los proyectos que han dado forma al urbanismo de Zaragoza. Medalla de Oro al Mérito Profesional 2020 por el Colegio Nacional de Ingenieros, Collado protagonizó una Mesa Abierta patrocinada por Kalibo y nos contó cómo ha sido su trayectoria y sus proyectos más relevantes.

Este ingeniero terminó la carrera en 1966, cuando sólo había una escuela de ingeniería de caminos en España, que dependía del Ministerio de Obras Públicas «y no escatimaba recursos para conseguir a los mejores profesionales». «Las empresas constructoras fichaban a los estudiantes ya en los últimos cursos. A mí me ficho Construcciones Corominas, que quería un departamento de obra civil». Con ellos comenzó visitando una obra de viviendas para Endesa y con la urbanización de Moratalaz.

«Cuando acabé la carrera, mi primera obra como ingeniero fue la dársena de Deusto, que mejoraba la navegabilidad por la ría de Bilbao». Tras esto, le adjudicaron una obra para mejorar la carretera de la Costa del Sol, que no tenía capacidad para todo el boom del turismo. El ministro de Obras públicas decidió que el proyecto era pequeño y que se tenía que convertir en autovía para albergar el turismo. «Fue un proyecto intenso porque querían inaugurarla en 12-14 meses y se consiguió».

Llegó a Zaragoza como delegado de Construcciones Corominas para Aragón, Navarra, La Rioja y Soria, con responsabilidades comerciales (contratación pública y privada) y responsabilidades sobre obras. «Hicimos la rehabilitación del Ayuntamiento de Soria, la mejora del acceso al Valle del Roncal, el plan de depuración de aguas elaborado por la Confederación del Ebro…». La empresa les encargó también algunas obras de Cataluña, como el aparcamiento de autobuses del Monasterio de Montserrat, el Puerto de Tarragona, el Puerto de L´Ampolla, los regadíos de Urgel…

«Par mí, el mayor reto de edificación fueron los colegios para Zaragoza encargados por el alcalde César Alierta, que quería dotar a la ciudad de colegios. Y el mayor reto técnico fue el puente de Boltaña sobre el río Ara». También destacó proyectos como el puente que une Vilaseca con Salou o el almacenamiento de hidrocarburos de Monzalbarba.

Con la muerte de Franco y la crisis económica, Construcciones Corominas desapareció y Collado entró a trabajar en la administración, en los inicios de la DGA. Allí hizo un informe sobre la vía ferroviaria de Canfranc, realizó los primeros estudios sobre el problema del lindano, se encargó del primer informe de viabilidad de la Radiotelevisión aragonesa, intervino en la rehabilitación del Edificio Pignatelli y de la transformación del paseo María Agustín y la avenida Anselmo Clavé… Muchísimos hitos que dejan claro que su huella está en muchos de los grandes proyectos de Zaragoza.

Collado participó también en las comisiones provinciales de Urbanismo, donde revisaban los planes municipales de ordenación urbana, pero finalmente dejó la administración. «Fue porque una entidad financiera me llamó para dirigir el proyecto del Centro Comercial Augusta, con el que estuvimos cinco años, y del que destacaría el parking, que es el mejor que hay; las dificultades de las tierras, que tuvimos que confinarlas porque estaban contaminadas con plomo; y la innovación del nudo Sicione, que era prescindible completamente desde el punto de vista técnico, pero fue una llamada para la modernidad». Tras esto, le ofrecieron hacerse cargo de la delegación norte, que incluía también el País Vasco, y siguió involucrado con proyectos muy interesantes.

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