Gestionar el absentismo requiere de un cambio de mirada. Ya no vale solo con reaccionar ante la ausencia; es necesario anticiparse a ella.
Hay fenómenos que se instalan en las organizaciones como una lluvia fina: no hacen ruido al principio, pero empapan el ambiente hasta calar los cimientos. El absentismo laboral es uno de ellos. Silencioso, persistente, y cada vez más presente, se ha convertido en uno de los grandes desafíos estratégicos para las empresas.
Y es que no sólo erosiona la productividad, sino que deja una factura económica considerable y, lo que es peor, resquebraja el clima laboral, ese intangible tan frágil como determinante en la salud de cualquier equipo humano.
Iñigo Garatxena, CEO y fundador de Absentix, responde a nuestras preguntas con motivo del Aula Mater de Aula de Invitados acerca del absentismo y los nuevos enfoques en su gestión.
Gestionar desde la presencia: las claves de Iñigo Garatxena a la hora de reducir el absentismo
Respuesta: Lo primero que debe hacer una empresa es dimensionar el problema y trasladar esos índices de absentismo a euros, mediante una traslación de costes directos e indirectos. Es importante que vea cuál es realmente el impacto en su cuenta de resultados.
- ¿Qué indicadores tiene que contemplar una empresa que quiera empezar a mejorar sus ratios de absentismo?
R: Las empresas somos muy dadas a volvernos locas y manejar una gran cantidad de KPIs y nos encontramos en una situación de parálisis por el análisis. Lo importante es empezar a hacer cosas y no manejar más de tres o cuatro indicadores. Yo destaco algunos como el índice de incidencia, el índice de Bradford y el de gravedad. Creo que con estos tres índices es más que suficiente para poder gestionar el absentismo de una empresa.
- ¿Cuáles son los principales consejos que darías a una empresa para reducir estos índices?
R: Lo más importante es actuar. Hay dos momentos trascendentales en las ausencias de nuestros empleados. Una es cuando se van o no están y la otra es cuando vuelven. Hay que gestionar la presencia antes que la ausencia. Mientras están presentes en su puesto de trabajo, hay que intentar luchar por su bienestar y su salud.
- ¿Podemos decir que no es misión imposible reducir el absentismo?
R: Por supuesto que sí. Tenemos que preguntarnos cómo empresas de la dimensión, zona geográfica y sector de actividad, tienen diferentes niveles de absentismo. Ahí existe una vinculación directa y proporcional, sobre todo, el clima laboral de la organización.