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El cubo orgánico: una figura clave para revalorizar los residuos

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  • «Recuperar el máximo número de residuos nos permitirá conseguir una circularidad total»

El ser humano genera residuos y desechos diariamente, muchos de ellos son orgánicos. Por ello, la implementación del cubo orgánico en nuestro día a día resulta fundamental para abordar el reciclaje de estos desechos que se degradan de manera natural.

En este ‘Canal Expositivo’ organizado por Sphere España, analizamos los principales beneficios y desafíos que la integración del cubo orgánico trae consigo en nuestras comunidades de vecinos y, en general, en nuestra sociedad.

Participan: Alfonso Biel, CEO de Sphere; Francisco Bergua, jefe de la oficina de Infraestructura verde, Limpieza Pública y Economía Circular en el Ayuntamiento de Zaragoza; Roberto Sandín, director gerente en CTRUZ; y Ana Isabel García, delegada de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Calatayud.

Calatayud y Zaragoza, dos casos de éxito de la revalorización de residuos orgánicos

Provenientes de los desechos vegetales o animales que se generan de manera biológica, convivimos con residuos orgánicos a diario. En nuestros hogares, el principal origen de este tipo de residuos proviene de la preparación de alimentos. Restos de fruta, verdura o carne, posos de café, papel de cocina e incluso corcho y astillas de madera son algunos de los ejemplos más comunes que podemos ver en nuestras cocinas.

En este sentido, la concienciación institucional ha ganado un gran peso en los últimos años. Y es que, desde este mismo 1 de enero, todos los ayuntamientos de localidades con más de 10.000 habitantes están en la obligación de gestionar los residuos orgánicos en plantas de compostaje. A este respecto, Biel señala que «esta es la forma más coherente y correcta de sacar un compost y de valorizarlo en el sector agrícola«.

En Calatayud, municipio de la provincia de Zaragoza con 20.ooo habitantes, también han abordado esta cuestión. Pese a no contar con una planta propia de compostaje en un primer momento, desde el año pasado ya lo hacen y, además, en pleno funcionamiento. Más de 1200 familias participaron en el programa de separación de residuos a través la figura del cubo orgánico, abasteciendo a la planta con más de 20.000 kilos de materia orgánica. Para esta gran consecución, apunta García, «ha sido especialmente importante el hecho de sensibilizar, informar y enseñar».

La implantación del ‘quinto’ contenedor en Zaragoza supone un gran reto en el apartado logístico debido a los 700.000 habitantes que componen la capital maña, pero la apuesta firme del Ayuntamiento con el compromiso de la misión climática está siendo más que evidente. Bergua concede todo el protagonismo a los zaragozanos, ya que la gestión de la materia orgánica verá en la implicación ciudadana su principal impulsor.

El cubo orgánico: beneficios y cambios de hábitos 

La clave para implementar socialmente estas cuestiones reside en modificar los hábitos en el hogar y, para facilitar este proceso, resulta fundamental disponer de las herramientas esenciales, como un cubo adecuado y bolsas compostables. La utilización de estos cubos orgánicos es de vital importancia a la hora de conseguir una verdadera economía circular. En primer lugar, porque facilitan el reciclaje de los propios residuos e impiden su ‘contaminación’ con los de origen orgánico.

Además, previene el impacto ambiental causado por los gases liberados durante la descomposición de estos residuos en los vertederos. Igualmente, sumado al uso como fertilizante a través de la obtención de compost, estos desechos son sometidos a un proceso de digestión anaeróbica, el cual posibilita la producción de biogás y su aprovechamiento como fuente de energía. Este tipo de procesos son los que realiza el CTRUZ, el complejo para Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza, que recibe cerca de 1000 toneladas diarias de restos que transforman en biogás, material bioestabilizado y compost.

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