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VERMÚ DE REDACCIÓN | Pepe Cerdá: «Soy un fracasado escolar, pero solo me divierto aprendiendo»

  • Pepe Cerdá, pintor y artista plástico, participó en el Vermú de Redacción del Club Cámara

Irreverente y divertido, Pepe Cerdá fue un estupendo invitado para el Vermú de Redacción. Un protagonista diferente a los de ocasiones anteriores, ya que era la primera vez que el invitado no venía del mundo de la empresa, aunque él mismo se presentó como «autónomo» y «exportador» de su arte.

El Vermú de Redacción es un formato de networking gastronómico que, entre tapas y vinos, invita a la inspiración empresarial. Está patrocinado por Banco Santander y BMW Goya Automoción. En esta ocasión, el vermú se trasladó hasta El Plata, un marco incomparable presidido, precisamente, por un mural de Pepe Cerdá.

 

Antes de comenzar la charla, como viene siendo habitual, varias empresas tuvieron ocasión para presentarse ante el público con un speech de 45 segundos cada una. Lo hicieron Blanca Belarra (Sanitas), Maite Puntes (Puntes Comunicación) y Esmeralda Ruiz (Aragusta). Además, Ana Gracia, técnico de Formación de Cámara Zaragoza, explicó las ventajas que ofrece Esade a los socios del club, y David Plato, director de El Plata, explicó las posibilidades que ofrece el espacio para la organización de eventos, así como el vermú que habían preparado.

Pepe Cerdá se mostró encantado de estar en El Plata, en cuya presentación participó hace ya 12 años y donde dejó un cachito de su arte, pues el mural que preside el escenario es obra suya. «Le dije a Bigas Luna que yo empecé pintando palmeras para ilustrar belenes y me encargó una para este local«, explicó. Cerdá reconoció que no se le daban bien los estudios y que su padre lo puso a trabajar haciendo ilustraciones. «En mi época había puestos de trabajo porque se hacía todo a mano y se necesitaban ilustradores y rotulistas, así que yo antes de ser artista tuve el oficio», señaló.

Cerdá fue contando su trayectoria, «cargada de casualidades» y llena de anécdotas, repasando sus estancias en la Casa de Velázquez, en París y, actualmente, en Villamayor de Gállego. Explicó que el suyo es un sector difícil en el que tienes que «estar un año pintando para preparar una exposición sin que nadie te haya pagado antes» y reconoció que las tendencias y la forma de ver el arte han cambiado mucho: «Internet hace imposible pagar por cosas que antes pagábamos, pero también hace posible vender sin intermediarios«.

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