Miguel Ángel Heredia (Grupo Piquer): «No somos solo profesores, somos educadores”
- Miguel Ángel Heredia, director general de Grupo Piquer, firma del Club Cámara Empresa Líder, pasó por la mesa abierta de Redacción Club para hablar de educación y empresa.
A Miguel Ángel Heredia, director general de Grupo Piquer, la vida le fue conduciendo hacia la enseñanza, su gran pasión. “Por mi situación familiar, empecé a trabajar pronto, dando clases particulares y como monitor de la escuela Pignatelli. Iba pidiendo prórrogas por estudio porque me mandaban a hacer la mili a Melilla, hasta que al final me tocó Vitoria y allí me nombraron maestro decano del acuartelamiento… Y ahí aprendí una profesión y empezó todo, de alguna manera”, rememora en la mesa abierta de Redacción Club, por la que pasó para hacer balance de una empresa que se ha convertido en un auténtico referente en formación.
Miguel Ángel Heredia supo sacar partido a aquella experiencia – “una de las más bonitas de mi vida”- en la que consiguió implantar la evaluación continúa en su cuartel y que 45 soldados obtuvieran el graduado escolar. Entró como profesor en la Academia Piquer -sita entonces en la misma calle Andrés Piquer- y a los pocos meses surgió la oportunidad de quedarse con el negocio. Era julio de 1984, y así empezó el camino de un grupo que este mismo año ha recibido el Sello de Oro Aragón Empresa.
“No queríamos ser solo una academia de repaso, desde el principio hacíamos labor de tutorización. Eso ha sido un elemento diferenciador: el compromiso. Acercarte a la realidad de la gente te lleva a ser más que un profesor, a ser un educador”, explica Heredia. En este sentido, opina que “una educación que no se sustenta en los valores no es educación” y se muestra muy crítico con las políticas educativas. “¿Hay medios? Sí. ¿Bien utilizados? No. Falta una idea clara de Estado, la educación no puede estar en manos de intereses políticos”, dice, y aboga por la “excelencia con equidad: tiene que haber igualdad de oportunidades, pero el esfuerzo ha de tener su recompensa”.
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El compromiso social de Miguel Ángel Heredia y Grupo Piquer se materializó en 2016 en la creación de la Fundación Piquer, su plataforma autofinanciada de Responsabilidad Social Corporativa, desde la que han puesto en marcha el proyecto PrevenGo. “Desde nuestros inicios han pasado por Piquer unos 100.000 alumnos, hemos visto muchos tipos de situaciones, y podemos darles respuesta a través de la innovación educativa. Por ejemplo, con uno de nuestros últimos proyectos, un videojuego para prevenir la tecnoadicción”.
Esta faceta de I+D educativo permea a otras iniciativas, como el programa de educación financiera de Ibercaja. “Es una cuestión de metodología: no podemos renunciar a las nuevas tecnologías, pero sí tenemos que ver cuál es la mejor manera de usarlas”, explica Heredia.
“Nuestro crecimiento ha seguido un camino lógico, es un proyecto con bases sólidas y una estrategia clara. Por eso, cuando detectamos una oportunidad, hemos sabido subirnos. Así nació el Colegio de Verano de Piquer, porque nos dimos cuenta que los padres demandaban durante esos meses que sus hijos tuvieran acceso a clases y horas de estudio tutorizado”, relata Heredia.
Esa evolución “lógica” les ha llevado también a la formación y servicios a las empresas. Este área del grupo nació cuando Piquer se lanzó a la formación homologada para desempleados, a través del Instituto Aragonés de Empleo, y vieron que podían ampliarse hacia la formación específica para empresas. Otro de los departamentos recientes de la empresa es el dedicado a la comunicación y marketing, sostenido por un “equipo muy potente de personas” y que tiene entre sus fortalezas el audiovisual: “Surgió para realizar píldoras para nuestras redes sociales, pero ha evolucionado a ofrecer servicios como las “tarjetas de visita” en vídeo para empresas, que nos han ayudado además a ser reconocidos por el tejido empresarial de la ciudad”, apunta Sergio Pérez, director de comunicación de la firma.
Sea en formación u en otro campo, para Miguel Ángel Heredia, “hay que entender el emprendimiento como una actitud”. “Es importante dejar que la gente dentro de la empresa pueda innovar; a veces son ideas que surgen de la nada, y que en su resultado final no tienen nada que ver con el planteamiento inicial, porque se han ido haciendo aportaciones durante el proceso. Pero es algo que tiene que estar en la cultura de las empresas, y para ello los recursos humanos son fundamentales: hay que escuchar a la gente, es la manera de compartir un mismo objetivo”.
LA FIRMA
La mesa abierta que compartimos con Miguel Ángel Heredia tuvo un tono muy emotivo; más de lo que es habitual en un formato donde, en ocasiones, profundizar en la trayectoria profesional de un personaje da pie para pararse en anécdotas y recordar los viejos tiempos.
Una persona de tantas convicciones y tan hecha a sí misma como Miguel Angel Heredia, en la que sus rasgos definitorios más característicos -la orientación a la educación, los valores, el trabajo…- aparecen en momentos tan tempranos en su vida, justifica que el hablar de esos momentos -compartirlos con nosotros- genere un tono íntimo y entrañable en la conversación.
Miguel Angel, huérfano de padre a las 9 años, se lanzó a la vida adulta antes de lo que suele tocar a la mayor parte de los niños. Desde un primer momento se definió con una profunda vocación por la enseñanza: con trabajos de verano de monitor y en el servicio militar, comprometiéndose con el sistema de obtención de graduado escolar que existía, revisándolo de una forma que permitió cuadruplicar el número de soldados que obtenía el título hasta el punto de impresionar- dejando huella desde muy joven- al coronel del que dependía.
Recién terminada su carrera de Magisterio, Miguel Ángel se incorpora a la recién creada Academia Piquer para dar clases de refuerzo y acaba quedándosela. Para los fundadores, la academia fue una etapa en su vida, un negocio de juventud… Para él, con su compromiso por la educación, ha sido su vida.
La Academia Piquer ha supuesto un hito en Zaragoza. Han pasado por ella varias generaciones de zaragozanos – más de 100.000, sacan cuentas- , que llevan en su educación la impronta de Piquer.
Miguel Ángel es muy crítico con el sistema educativo español -mejor dicho, con la ausencia de un sistema educativo-. Se queja de la falta de un consenso entre gestores y de falta de continuidad. Vive esta situación con un sentimiento de frustración propio de una persona con una firme convicción por la importancia de la educacón, con ideas muy claras sobre cómo debe organizarse
Valores estos que complementan una gran iniciaciativa y capacidad de acción, que es la que explica el éxito de la faceta empresarial del personaje. Como empresario y gestor, Miguel Ángel se ha dejado guiar por valores como el talante, búsqueda de acuerdos y colaboraciones, apertura y amplitud de miras. Fomenta la iniciativa y el autoemprendimiento y se ha rodeado de un gran equipo.
Su actividad como empresario tiene un punto trascendente, que sobrepasa el mero ámbito mercantil. Miguel Ángel mantiene compromisos de actividad con el sector y con el mundo educativo, donde dedica tiempo y recursos a mantener posiciones de gestión y de apoyo desinteresado.