Lo que dure un jamón con… Fernando Moraga (Grupo Hierros Alfonso) y Raúl Benito (Eboca)
- El director general de Grupo Hierros Alfonso y el presidente de Eboca fueron los protagonistas del afterwork de Club Cámara, en esta ocasión dedicado a reflexionar sobre el liderazgo y la gestión.
¿Qué hace que una persona sea capaz de obtener, como líder, lo mejor de sus equipos? Para responder a esta pregunta, Redacción Club reunió este 25 de septiembre a Raúl Benito, presidente de Eboca, y a Fernando Moraga, director general de Grupo Hierros Alfonso, en ‘Lo que dure un jamón‘, el afterwork de Club Cámara. Aunque estaba prevista su presencia, no pudo asistir Menchu Guerrero, de Orchard Fruit. Ana Ambros, de Fundación Youth Business Spain, ejerció como maestra de ceremonias de esta desenfadada cita en la que brillaron palabras como «imaginación», «innovación» o «valores», pero también otras como «disfrute» o «entusiasmo». Una interesante conversación animada, cómo no, por un jugoso jamón de Teruel.
Un nutrido grupo de socios del Club Cámara pudieron disfrutar de este evento patrocinado por Banco Santander y que contó con la colaboración de Alimentos de Aragón, Ámbar, Grandes Vinos y Martín Martín. El buen hacer frente al jamón lo puso el maestro cortador Iván Morte.
Raúl Benito y Fernando Moraga representan dos estilos de gestión muy diferentes. Mientras que el presidente de la compañía de vending es fundador de la empresa, en la que ha desarrollado toda su carrera, el director general del grupo siderúrgico aterrizó en la compañía cuando esta necesitaba una transformación ante la crisis económica. «Llegué al grupo hace siete años, cuando estaba formado por cinco empresas que trabajaban de forma separada», rememoró Moraga, que explicó que por eso, su liderazgo «ha ido enfocado a crear sinergias y consolidar un equipo unido». Para ello, se ha apoyado en dos pilares: «el dato» – «es más fácil mover a la gente haciéndole ver dónde se avanza o no que en base a decisiones arbitrarias»- y «la innovación» – «hay que poner en marcha medidas que lleven al cambio»-.
Para Raúl Benito, la misión de Eboca es «ayudar a las empresas a cuidar a su gente», algo que les obliga a «hacer las cosas de forma diferente, más teniendo en cuenta que nuestros competidores son grandes multinacionales». Para el presidente de la firma oscense, «el liderazgo en la actualidad, para ser válido en este mundo en constante cambio, tiene que ser transformador». La clave está en «conseguir inspirar a las personas para que hagan lo que tienen que hacer, y que además lo hagan entusiastamente y disfruten».
«¿Qué ha hecho del vuestro un liderazgo transformador?», lanzó Ana Ambros a los invitados. «En mi caso ha sido una cuestión de necesidad – señaló Moraga-; ante la crisis de la construcción, o poníamos todo patas arriba o teníamos entre manos negocios que incluso carecían de sentido tal como estaban planteados». Para el directivo de Grupo Hierros Alfonso, fue clave su paso por los programas formativos de ESADE y Cámara de Comercio de Zaragoza, donde adquirió la visión para plantear un plan estratégico que englobara todas las áreas de la empresa: «No solo hay que atacar el coste, hay que invertir en personas con formación y procesos de producción. Es importante hacer partícipe de este plan a todas las personas de la organización».
«Desde nuestros inicios tenemos unos valores que defendemos con uñas y dientes», aseguró Benito, pero eso no impidió que hace siete años tomaran «tres decisiones importantes». La primera fue «liberarse»: «Tomamos la determinación de hacer las cosas sin complejos y contarlas como creemos que hay que hacerlo». El segundo paso determinante fue «querer convertir la compañía en un sitio maravilloso para trabajar»: «Todavía no es ese lugar fantástico que querríamos, pero estamos comprometidos en ir en esa dirección». Y la tercera pata de la estrategia es «tratar de ser algo importante para los clientes».
La responsabilidad de un buen jefe es conformar buenos equipos. «Hay que ser imaginativo», aconsejó Fernando Moraga al respecto. Y contó cómo, ante un problema de coordinación de stock en el grupo, decidió montar un concurso de paellas con sus comerciales: «Sirvió para que la gente se cogiera confianza y empezaran a comunicarse de forma más fluida». Por su parte, Raúl Benito, aunque calificó a los equipos como «fundamentales», quiso poner el foco en la «atención individual»: «Es importante que el líder conozca a las personas, sepa qué necesitan».
Sobre cómo influye la personalidad del líder en la empresa, Benito señaló que «en mi caso, como fundador y propietario desde hace 35 años, es inevitable». «Lo considero algo bueno, porque define la cultura de la empresa, le da estabilidad y la hace previsible». Por su parte, Moraga – que no es «ni fundador ni dueño», dijo entre risas -, consideró que es normal «rodearse de gente con la que estás a gusto, porque no tendría sentido lo contrario». Sin embargo, recordó, «también es importante colaborar con gente con la que quizás no te llevas tan bien, pero tiene mucho que aportar a la empresa».
A modo de conclusión, Raúl Benito definió a un buen líder como aquel que «activa la mente de sus empleados y les hace disfrutar de su trabajo», mientras que Fernando Moraga destacó como principal cualidad «confiar en tu equipo». Ambos coincidieron en la importancia de hacer partícipes del éxito de la empresa a todos los trabajadores: «Tienes que lograr que estén orgullosos de pertenecer a la organización».