José Antonio Pérez (Forestalia): «Fernando Samper es la persona más disruptiva que he conocido»
- «Para poder cambiar las ‘energías sucias’ y las que teníamos hasta ahora por las renovables, supone que tenemos que tener 2’5 veces las redes para poder evacuar la energía»
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Forestalia logra la licencia medioambiental para 4.000MW de proyectos de renovables
Promotor aragonés independiente de energías renovables, Forestalia cuenta en su haber con proyectos que abarcan el ámbito de la eólica, la fotovoltaica y la biomasa forestal, apoyando la transición energética y apostando, además, por el desarrollo del medio rural.
José Antonio Pérez Cebrián, quien ha ejercido como asesor de estrategia de Forestalia, analiza el surgimiento de la compañía y el papel que Fernando Samper ha tenido en la difusión de las energías renovables en el territorio aragonés.
La figura de Fernando Samper en Forestalia y su capacidad visionaria
- El nacimiento de Forestalia tuvo lugar en Zaragoza en el año 2011 gracias a Fernando Samper. ¿Qué visión tenía en aquel momento y cómo ha ido cambiando a lo largo de los años?
Respuesta: Sí, pero Fernando Samper no cae del cielo. Después de más de 35 años en Grupo Jorge, donde era CEO, sale del accionariado y, como es un hombre tan inquieto, en vez de vivir de rentas, decidió que se iba a adentrar en algún sector donde veía posibilidades de futuro. De hecho, en Grupo Jorge la segunda instalación de energías renovables que se montó en Aragón sobre el 2006, la hicieron ellos. Aquí se ve como tenía una iniciativa en las energías renovables.
Siempre le ha gustado ser muy innovador. Fernando Samper es la persona más disruptiva que he conocido en mi vida, y he conocido cientos de empresarios en mi trayectoria en la banca.
Intuyó que había un nicho de mercado. Empezó con plantaciones forestales de madera, fábrica de pellets y una fábrica de energía mediante la madera en León, que es prácticamente la única inversión que ha realizado fuera de Aragón.
Las energías renovables y la lectura del momento
En 2010 hubo un parón de las energías durante casi 7 años, donde se paralizó la autorización y confección de parques y se generó un problema mayor. El déficit de tarifa, además, ha sido catastrófico para el país.
Samper hizo un análisis de la situación global, europea, española y, sobre todo, en Aragón. En 2016 levantan el veto en Madrid desde el Ministerio y sacan las primeras subastas de energía. Todos los que fueron a las subastas, que eran 50 o 60, ofrecieron la energía a pull más 15 euros, que era la subvención que habitualmente solían tener. Fernando, en su línea, fue a pull, garantizando que él produciría energía y la vendería a precio de coste más el margen lógico, pero sin percibir esos 15 euros. Lo tildaron de loco y le dijeron que era imposible: se llevó prácticamente el 90% de la subasta.
En 2017 volvieron a sacar otra subasta. Los demás ya habían aprendido e iban sin la prima de 15 euros, y Fernando aquí pegó un «hachazo» al coste base para ofrecer la energía a un precio más bajo. Se llevó también el 90%.
Entre esas dos subastas nos llevamos en Forestalia del orden de 2000 MW. En ese momento no llegaban a 10.000 los que estaban en funcionamiento de las renovables en España. Aquello, para el resto, fue una conmoción.
Coincidió también la circunstancia de que los entornos cambian, aunque no todo el mundo sabe verlos. Y esto a Fernando le ayudó. Los costes de los molinos y de las placas cayeron en picado, sobre todo el segundo caso. Pero estas cosas también se intuyen. Nunca he visto a Fernando ‘tener suerte’ sin haber realizado un análisis.
- Y el tiempo le ha dado la razón y nos encontramos, además, en un momento en el que para Aragón las renovables son una oportunidad histórica para posicionarse como referente en España y en Europa.
R: Sí, el tiempo le ha dado la razón. Alguna vez lo he hablado con Clara Arpa, que es la representante de la Agenda 2030 en España, analizando los problemas medioambientales en el mundo. Y todo esto desde Forestalia lo hemos sabido ver y hemos sabido cambiar con el entorno.
Analizando todo esto pensamos que, además de las subastas, teníamos que hacer un esfuerzo porque, si a nivel mundial se iban a hacer millones de redes y megavatios para descarbonizar la economía, entendimos que en España con el PNIEC iba a suceder lo mismo.
Cuando vino la pandemia, en lugar de estar quietos, analizamos todos los nudos de electricidad que había en España y cómo iba a cambiar la situación de las redes. Y es que para poder cambiar las energías sucias y las que teníamos hasta ahora por las renovables, supone que tenemos que tener 2’5 veces las redes para poder evacuar la energía.
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