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Innovación en la empresa aragonesa: “El que piense que el I+D no va con él, se equivoca”

Canal Expositivo

En este Canal Expositivo organizado por ATRIA, analizamos la realidad de la innovación en la empresa aragonesa.

Aragón cuenta con tejido industrial capaz de competir globalmente si la innovación se entiende no como un lujo, sino como una obligación estructural.

La innovación dentro de la empresa, especialmente si nos referimos al sector industrial, ya se ubica como un sistema propio integrado en la estrategia, con inversión, alianzas, cultura de riesgo y visión global dentro de las organizaciones.

En este Canal Expositivo del Club Cámara Zaragoza organizado por ATRIA, cuatro empresas referentes en sectores distintos analizan cómo convierten la innovación en una palanca real de negocio, abordando la importancia de cuestiones como la inversión, la cultura empresarial, la velocidad de despliegue o los riesgos asumidos.

Empresas referentes con la innovación como eje estratégico

Saica es uno de los grupos industriales más potentes de Aragón y líder europeo en papel reciclado. Con presencia internacional, para Saica, hablar de innovación es hablar de sus valores. «Tenemos tres valores: crecimiento sostenible, personas e innovación”, señala Susana Alejandro, presidenta de Grupo Saica. En este sentido, la compañía cuenta con un equipo central de unas 60 personas dedicado exclusivamente a innovación en El Burgo de Ebro.

El secreto de Saica, según Alejandro, está en la integración con las fábricas: “Saica Paper produce papel reciclado únicamente para hacer cajas de cartón ondulado y el 50% de nuestras ventas va a nuestras propias fábricas. Detectamos necesidades, definimos productos disruptivos y los introducimos al mercado”.

En una magnitud completamente diferente se encuentra TodoCESPED, demostrando que la innovación no es algo exclusivo de la multinacional. La compañía pasó de ser distribuidora a operar como fabricante global de césped artificial, con producción deslocalizada según conveniencia de divisas. “Gracias a tener un departamento de ingeniería muy potente que externalizamos con ATIA, hemos conseguido desarrollar nuestros propios productos. Antes dependíamos de una fábrica. Ahora fabricamos en Vietnam, Holanda o donde nos convenga. La fábrica es un commodity”, señala Pablo Sanagustín, CEO en TodoCESPED.

No obstante, el gran avance técnico de TodoCESPED fue en durabilidad: “Hicimos ensayos para que el césped tuviera una durabilidad de 20 años. Fue una ventaja competitiva brutal”. Sanagustín insistió también en que la innovación no debe estar concentrada en un departamento, sino que debe ser un elemento transversal a la organización.

Sectores que son todo un reto: los casos de Mann+Hummel y HMY

La filial española de la multinacional alemana Mann+Hummel logró convertirse en centro de competencia de I+D en filtración. Sonia Lorente, directora de I+D Europa, lo atribuye a convicción estratégica: “La I+D es futuro y no hay futuro sin I+D. Al principio todo se hacía en Alemania. Para fortalecer el centro español hemos tenido que diferenciarnos”.

En su caso, la gran ventaja competitiva de Mann+Hummel ha sido tener proceso y producto en el mismo lugar, lo que permite respuestas rápidas en un sector donde los plazos mandan. El caso de éxito es la Venting Unit para baterías de vehículos eléctricos: “Si no innovábamos, se convertía en commodity. Apostamos por microperforación de membranas y sensores de degradación masiva. No podíamos hacerlo solos. Necesitamos centros tecnológicos que cubrieran nuestras debilidades”.

En una dimensión diferente, HMY experimenta los frenéticos ritmos del sector retail, donde la innovación es un imprescindible para mantenerse en los estándares de calidad exigidos. “Cuando una marca decide abrir tienda, tenemos dos o tres meses para innovar, desarrollar, industrializar y montar. Todo debe funcionar a la primera”, explica Jesús Cebrián, responsable de Materiales e Innovación. Así, la estrategia pasa por actuar en producto, procesos y servicios, destacando la incorporación de impresión 3D de mobiliario.

Es así como queda claro que la innovación no es patrimonio de unos pocos ni un ejercicio teórico, sino una práctica cotidiana que exige estrategia, inversión y cultura compartida. Desde grandes grupos industriales hasta pymes ágiles, el futuro competitivo pasa por integrar la I+D en el corazón del negocio. En un entorno global que se acelera, quien no innova, no compite; y en Aragón, cada vez más empresas están asumiendo este reto.