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Entrevista a Juan Calvo, presidente de Ágreda Automóvil

  • Juan Calvo, presidente de Ágreda Automóvil, hace un repaso por el pasado, el presente y el futuro de la compañía.
  • «Tras 50 años, puedo decir que Ágreda es mi vida»

¿Qué valores son los que han hecho posible que Ágreda sea una compañía con casi un siglo de historia?

El esfuerzo constante y el trabajo continuo, a los que añadiría algo más: buscar siempre la excelencia, tanto en la atención a nuestros clientes como contando con los mejores de cada sector como proveedores o socios. Y esos valores trasladarlos a la plantilla.

¿Qué tiene Ágreda del municipio soriano que le da nombre?

Es la localidad natal de sus fundadores: don Moisés Calvo y don Acisclo Fernández. De ella tomaron su nombre, aunque el ámbito de actividad ha sido siempre Aragón. Además, siendo una empresa familiar, espero que hayamos heredado el carácter de sus gentes: trabajadoras y austeras.

¿Cómo ha evolucionado la empresa desde sus comienzos?

Nació para gestionar dos líneas regulares en Aragón, que se fueron ampliando, y la comercialización de automóviles y recambios. En automoción, representamos a varias firmas hasta que, en 1938, logramos la representación de Mercedes-Benz. A ello sumamos talleres y estaciones de servicio. La clave ha sido reinvertir y diversificar.

Ágreda es una empresa familiar, ¿de qué forma afecta esto a la toma de decisiones?

Las empresas familiares son complejas y diversas, pero creo que, aunque con la llegada de nuevas generaciones se suman nuevos miembros a su consejo de administración, esa relación familiar permite llegar a consensos pensando en el bien de la compañía. Todos llevamos a Ágreda Automóvil en el ADN y eso facilita las cosas.

Cuentan con una plantilla de más de 300 personas, ¿cuáles son los principios de la compañía? La clave es que los trabajadores se sientan parte de la familia que formamos los que trabajamos en Ágreda Automóvil, y todos juntos desarrollar nuestros valores.

Dada la situación actual y las restricciones que la pandemia ha provocado en el transporte, ¿cuáles son sus planes más inmediatos? ¿Y en un futuro?

La pandemia nos ha puesto en una situación complicadísima. No obstante, antes de esta crisis, creamos una sociedad: Ágreda Bus, con un socio estratégico, el Grupo ALSA. Todo para seguir vertebrando Aragón.

¿Qué supone para usted formar parte de Ágreda Automóvil y qué ha heredado de las anteriores generaciones?

Ágreda es mi vida. Empecé a trabajar con 20 años y tengo 73. He recorrido casi todas las áreas de negocio, y, como se suele decir, solo se ama lo que se conoce. Lo mismo han hecho las nuevas generaciones: mis hijos y sobrinos, así como el nieto de don Acisclo, Pedro Pérez-Caballero, nuestro director general y su hijo. Respecto a los valores heredados, lo cierto es que, si de algo estoy especialmente orgulloso, es de haber podido trabajar junto a mi padre, Moisés Calvo, pues fue quien me enseñó con hechos, esos valores que como empresario ejerció durante toda su vida: esfuerzo, trabajo, honradez en la toma de decisiones y, sobre todo, respeto a la palabra dada.

Vía El Heraldo de Aragón.

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