Ana Santos: “Esta sociedad tiene que beber de la cultura que nos dejaron en el pasado porque nos identifica como país”
- Ana Santos es la directora de la Biblioteca Nacional
La última sesión de ReconoZe fue considerablemente enriquecedora. El formato de debate en el que un zaragozano que desarrolla su carrera profesional fuera de Zaragoza comparte su trayectoria con un panel de directivos del club, estuvo protagonizado por Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional. A la sesión asistieron Valle García, fundadora de García de Novales; Javier Berné, fundador de Datek Sistemas; Noemí Arrieta, directora de centro en Fundación Integralia DKV Zaragoza; Raúl Segura, director comercial y responsable de Desarrollo en Sorilux; y Juan Royo, economista.
La pasión de Santos por las bibliotecas empieza muy pronto. Tras estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, entró en la Biblioteca de la Facultad de Derecho como auxiliar de bibliotecaria, “fue la primera oposición que hice”, recordó. Después de varios años en distintos puestos, ha conseguido convertirse en la directora de la Biblioteca Nacional.
“Empecé desde el escalón más bajo que se puede tener como bibliotecaria”, subrayó Santos, afirmando que es algo positivo porque te ofrece “una visión y una perspectiva amplia de lo que puede ser la profesión”. Sin duda, un espíritu inquieto que, tras superar varias oposiciones, considera este puesto “como un regalo”. “Me siento una privilegiada”, contundió.
García preguntó sobre cómo es trabajar para intentar llegar a un gran público, para que ningún ciudadano se quede sin acceder a los fondos. A esto, Santos aseguró que “uno de nuestros proyectos estrella” ha sido la digitalización, que inició “hace muchos años” convirtiéndose así, en una de las primeras bibliotecas que comenzó a hacerlo, consiguiendo crear la Biblioteca Digital Hispánica y la Hemeroteca Digital. El objetivo que tiene la Biblioteca Nacional es que se perciba como una biblioteca “abierta, viva y accesible a los ciudadanos”, afirmó Santos. Algo que han logrado, porque las descargas de documentos completos “superan los diez millones anuales”, añadió.
Por su parte, Berné curioseó sobre el esfuerzo que supone almacenar todo ese fondo de archivo. Santos aseguró que el almacenamiento físico se hace a través de la ley de depósito legal, “por la cual todos los editores tienen que depositar dos ejemplares en la Biblioteca Nacional”, explicó, indicando que “recibimos más de 400.000 ejemplares”. También se pueden hacer donativos, algo que Santos reconoció que le hace “mucha ilusión” porque es “un signo de confianza en esta institución”. Por eso, intentan estar permanentemente atentos realizando una “inversión continua y un desarrollo tecnológico complejo por las formas de contratación muy rigurosas”, agregó.
Arrieta cuestionó si hay algún acceso concreto de accesibilidad para las personas con discapacidad. “Tenemos que mejorar y lo sabemos”, afirmó Santos, explicando que tienen un convenio firmado con la ONCE para trabajar en esto. “Tenemos un proyecto, que esperemos que se pueda financiar, para adaptar el edificio a la accesibilidad máxima”, añadió.
Segura preguntó sobre los retos a los que se enfrentan diariamente en el proceso de la digitalización. Santos aseguró que todo comenzó por motivos de conservación, ya que “los ejemplares que tenemos son tan valiosos y únicos” que su consulta sufre siempre un deterioro. “También hay un motivo de justificación, difusión y accesibilidad”, afirmó, aseverando que “trabajamos en una sociedad que piensa, crea, cuenta y transmite de forma distinta”. “Esta sociedad tiene que beber y alimentarse de lo que otras personas fueron capaces de dejar en algún tipo de soporte, de esa cultura, que realmente nos identifica como país, y en la que nosotros nos sentimos cómodos”, agregó.
Por último, Royo indagó sobre los cómics, ya que la Biblioteca Nacional ha firmado un acuerdo con Sectorial del Cómic. “El cómic y los videojuegos son cultura”, contundió Santos, explicando que “trabajamos para el futuro, para conservar lo que la sociedad española está generando en este momento”. Hay que tener en cuenta esta manifestación cultural porque “tiene mucha importancia por su calidad artística y por el impacto y los estereotipos que construyen en torno a diversas cuestiones que entran directamente en nuestros jóvenes”, concluyó.