Fernando Cordón: «El seguro no es un gasto, es una inversión en la continuidad de tu empresa»

La importancia de los seguros para empresas y profesionales, especialmente con los nuevos riesgos que presenta la digitalización integral, se ha posicionado como un tema más que relevante para el tejido corporativo global. Es por ello que la evolución del sector asegurador, a la par que la necesidad de los directivos de ver los seguros como una inversión en lugar de un gasto, resulta crucial en el devenir de las empresas en los próximos años.

Así, cuestiones como la necesidad de identificar y evaluar riesgos, la elección adecuada del mediador de seguros, con la diferenciación entre agente y corredor, y la gestión de los siniestros y una comunicación transparente entre ambas partes, son temas que no pueden ser ignorados por parte de las empresas del siglo XXI.

Fernando Cordón, socio fundador de Cordón Seguros, y Pilar Fernández, directora del Club Cámara en Cámara de Comercio de Zaragoza, abordan esta realidad en este «Conversaciones».

El riesgo y la empresa: claves para la protección en tiempos de incertidumbre

En un mundo donde la incertidumbre se ha convertido en la norma, la gestión del riesgo empresarial es fundamental para garantizar no sólo la supervivencia, sino también el éxito de cualquier negocio. Es por ello que Fernando Cordón, CEO y fundador de Cordón Seguros, con más de 30 años de experiencia en el sector asegurador, destaca la importancia de una adecuada previsión y gestión de seguros para empresas y directivos.

Po ello, es especialmente relevante el hecho de poder anticiparse a los riesgos a través de un asesoramiento adecuado, algo esencial para cualquier organización. Cordón enfatiza que es fundamental «contar al mediador de seguros todas las circunstancias por las que podemos tener pérdidas económicas», dado que no todas las situaciones son asegurables con coberturas convencionales y puede ser necesario acudir a agencias de suscripción especializadas.

En este sentido, el mercado asegurador actual ofrece múltiples opciones para las empresas: desde los agentes exclusivos y vinculados, representantes directos de aseguradoras concretas, hasta las corredurías independientes, que según Cordón «representan directamente al cliente, lo cual aporta libertad y flexibilidad ante los cambios de políticas comerciales de las compañías aseguradoras».

Identificar amenazas: la ciberseguridad y su alto impacto

Un aspecto clave en la gestión efectiva del riesgo empresarial es la correcta identificación de las posibles amenazas. Para Cordón, aunque «el empresario conoce muy bien su negocio», la mirada externa de un mediador profesional puede revelar riesgos ocultos. Y es que, precisamente, esta experiencia acumulada en la gestión de distintos siniestros es precisamente uno de los mayores activos de una correduría independiente.

Respecto a las tendencias actuales, Cordón destaca un aumento notable en la contratación de seguros relacionados con la ciberseguridad y la protección jurídica, especialmente en el contexto actual, donde «cada vez hay más responsabilidad y más riesgos que cubrir». Así, califica este tipo de seguros como «la estrella actual del sector», recalcando también el gran impacto económico que pueden llegar a generar las consecuencias de los ciberataques.

El fundador de Cordón Seguros también pone énfasis en la comunicación clara y efectiva con el mediador de seguros durante todo el proceso, desde la contratación hasta la gestión de un posible siniestro. «La máxima en nuestro despacho es: jamás llamas a la aseguradora, nos llamas a nosotros», afirma. Esto resalta el papel fundamental del mediador en agilizar y garantizar el correcto manejo de cualquier incidente, evitando interpretaciones erróneas que podrían derivar en una negativa a la cobertura.

De esta manera, Cordón concluye que gestionar eficazmente el riesgo empresarial no debe ser visto como un gasto, sino como una inversión estratégica, y que la transparencia, la anticipación y un acompañamiento profesional adecuado son claves para que, llegado el momento del siniestro, todo fluya «como la seda».