Lo que dure un jamónRedacción

Voy a una feria internacional, ¿qué me debo plantear?

  • Club Cámara convoca este lunes 12 de marzo  un ‘Lo que dure un jamón’ dedicado a analizar la gestión de presencia en ferias internacionales. Planteamos las cuestiones que pueden surgir durante el debate.

jamón micro

Esta tarde Club Cámara convoca una nueva edición de ‘Lo que dure un jamón’, su afterwork de inspiración empresarial. En esta ocasión, el tema será cómo gestionar la presencia en ferias internacionales, con tres ponentes expertos en la materia: Alberto J. López, director comercial de Feria de Zaragoza, Paula Yago, de Bodegas Tempore, y José Manuel Grao, director de contract e innovación de Gres Aragón. Como es habitual, con este artículo previo pretendemos centrar el tema y ofrecer ideas tanto a ponentes como a asistentes, para lograr así un debate provechoso.

Lo primero que hay que preguntarse es si la feria, como evento o canal de captación de negocio, es una experiencia similar en todos los sectores o hay particularidades significativas en alguno. Otra cuestión importante tiene que ver con los objetivos que nos llevan a plantear este canal en nuestra estrategia de marketing: a los más inmediatos de captación de negocio – y de relación con clientes y proveedores- hay que sumar otros relacionados con la gestión de marca / notoriedad, vigilancia de las tendencias, seguimiento de la competencia…

¿Hasta qué punto la posible obtención de esos objetivos y las expectativas de negocio justifican el presupuesto que vamos a dedicar a la presencia en una feria? ¿Es mejor ir solo como visitante o apostar por un expositor? En este último caso, ¿por qué fórmula de exposición nos decantamos? ¿Cómo podemos estimar cuál es el presupuesto adecuado para cada acción? ¿Qué consideraciones tenemos que hacernos al respecto? En caso de que decidamos ir solo como visitantes, la pregunta a la que hay que responder es cómo plantearlo para obtener el máximo partido.

Como expositores se abren aún más frentes, como determinar la mejor ubicación posible (al menos, en consonancia con el objetivo que se haya marcado); este es un factor que se puede ver determinado por la veteranía en la feria. Hay que tener en cuenta también el diseño del estand; en este sentido, quienes son habituales en eventos pueden iluminarnos acerca de si es factible contar con algún formato reutilizable.

Tan importante como la feria en sí es su preparación previa. ¿Cuáles son los deberes a realizar antes de acudir? A la hora de decidir qué mostrar y cómo, ¿nos puede condicionar la presencia de nuestros competidores en el mismo foro? Con el objetivo de sacar el máximo partido, ¿se pueden plantear en los días previos a la feria, mientras se realizan los trabajos de montaje, reuniones con los contactos que nos interesan?

Siguiendo con las tareas derivadas de la feria, se plantean cuestiones relacionadas con la comunicación. ¿Es interesante que nuestros clientes y proveedores sepan con anterioridad que vamos a estar en la feria? ¿Qué fórmulas de comunicación se pueden utilizar para ello? ¿Cuál es el papel de las redes sociales en la transmisión de esta información? Asimismo, ya durante la feria quizás nos interese ganarnos la atención de medios generalistas y especializados. En este sentido, ¿es interesante recurrir a fórmulas de publirreportaje o es mejor lograr impactos orgánicos? En pos de sacar el máximo partido a la inversión en la presencia en una feria, ¿hay fórmulas para activar nuestra inversión destinando recursos a acciones de marketing y comunicación paralelas al evento?

Aunque un evento comercial es una cita que exige mucho trabajo, también hay espacio para lo informal y recreativo. ¿Conviene preparar un programa de actividades paralelas en el propio estand o fuera de él? ¿Con qué criterios se gestionan estas actividades?

Y tras la feria… ¿Qué hay que hacer para sacar el máximo provecho a los contactos que hemos obtenido durante esos días?

 

 

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Ramón Añaños