Eventos clubVermú de Redacción

Cava para brindar por el Internet de las Cosas… y de la vida

  • David Gascón, co-fundador de Libelium, protagonizó el cuarto Vermú de Redacción de Club Cámara.

IMG_2130

Afable, abierto y con respuesta para todas las interesantes preguntas que le lanzaron. Así se mostró David Gascón, co-fundador de Libelium, en el Vermú de Redacción dedicado al Internet de las Cosas celebrado el pasado viernes 7 de abril en Cámara Zaragoza. El ‘networking’ gastronómico de Club Cámara, animado por cava y por tapas servidas por Vinos Botica, y con el patrocinio de Kalibo Correduría de Seguros, sirvió para hablar de sensores, estrategias, investigación, ingeniería… Y también para que Gascón mostrara su manera de estar en el mundo, una filosofía que va mucho más allá de los negocios.

«Hace una década, cuando empezamos, no se hablaba del Internet de las Cosas (Internet of Things; IoT por sus siglas): simplemente, había sensores conectados a Internet. Y pensamos… ¿Por qué limitar Internet a las personas, por qué no interconectar el mundo», explicó Gascón. Así fue como, junto a su socia Alicia Asín, comenzaron a desarrollar sensores para «dotar a Internet de sentidos, como si fuera una persona». Hoy, sus productos, que lo mismo pueden encontrarse en Australia, Nicaragua, Chile, Vietnam o Eslovenia, son referencia mundial: el 95% de sus ventas se producen fuera de España. “Para nosotros, internacionalización y venta son sinónimos”.

Una de los aspectos que suscitó curiosidad entre los asistentes fue el compromiso de Libelium por compartir de forma libre sus desarrollos. Tras esta decisión hay una muy meditada estrategia de negocio. «No tenemos competidores intermedios, nos movemos en un terreno en el que juegan gigantes como IBM, Microsoft… La única forma de entrar en el mercado era por abajo, a través de centros de investigación, universidades… A través del código abierto esas personas podían ver lo que estábamos haciendo, conocerlo y querer usarlo cuando llegaran a las empresas y a puestos de decisión».

En la misma línea de trabajo, Libelium ha puesto en marcha el Programa Espartanos, con el que buscan a los 300 mejores desarrolladores de IoT del mundo. «Nos permite captar talento y, como también es un ranking, sirve para promocionarlos entre las mejores empresas, de manera que ayuda a que contraten a ingenieros que se han formado en nuestro modelo».

¿Qué tipo de parámetros pueden medir los sensores de Libelium? Gascón revela que cuenta con un portfolio de 120 indicadores, capaces de detectar partículas en el aire, el agua… E incluso el vino. «Contar con toda esta información cambia la forma de afrontar los procesos productivos, porque se pueden controlar parámetros hasta hace poco inimaginables», explicó. «Hay sensores para casi todo, pero no todos son asequibles y de tamaño reducido. Hay que llegar a un equilibrio entre precisión, rango y presupuesto. No siempre el mejor sensor es el más adecuado para lo que se necesita».

Con todo, en España todavía no ha explotado el uso de esta tecnología, que, puso como ejemplo Gascón, podría usarse en la lucha contra los incendios forestales. En Australia, citó, ya se usa el IoT para controlar infraestructuras y recursos que difícilmente se podrían controlar de otra manera debido a la gran extensión del país.

La capacidad de medir y tener al alcance tanta información despierta esperanzas y también temores sobre su uso en humanos. «Ya hay nuevas generaciones de marcapasos que permiten al médico descargarse los datos del paciente desde el móvil», contó Gascon. El ingeniero y empresario, sin embargo, opinó que «sin incertidumbre no se puede vivir, el ser humano no tiene por qué saber determinadas cosas, porque puede condicionar su vida». «No soy partidario de usar sensores con estos fines, hay que utilizar la tecnología, pero no someterse a ella», reflexionó.

Libelium ya tiene una línea de trabajo relacionada con la medicina, MySignals, «un hospital en miniatura», en palabras de Gascón. «Hemos conseguido meter una sala de monitorización hospitalaria, que cuesta en torno a 100.000 euros, en un aparato del tamaño de un libro, que cuesta solo 1.000 euros, de manera que puede llegar a cualquier lugar del mundo». «Nuestra prioridad es que se use, que llegue allí donde se necesite, por eso tiene ese precio, y por eso no hemos esperado a las certificaciones norteamericanas y europeas». «Como este, hay muchos proyectos que no nos han dado dinero, pero sí satisfacciones,  como la monitorización del volcán Masaya en Nicaragua», confesó Gascón.

La conversación dio para mucho más, incluso para plantear cuestiones incómodas… ¿Qué ocurriría si llegara una oferta irrechazable para comprar Libelium? «Nosotros estamos centrados en el día a día. Ojalá llegué, pero… No puedo dejar de hacer lo que hago, soy un emprendedor», afirmó Gascón.

Además del invitado protagonista, también asistieron a este vermú Óscar Sanz, director del departamento técnico de Kalibo; Nacho PeláezAna Rodríguez, Carolina Tobía, Víctor Rodrígo y Francisco Valenzuela, de Cámara Zaragoza; Fernando Fernández, director general de Industria del Gobierno de Aragón; Ana Hernández y Valle García de Novales, de A\V Asesores; Santiago Vázquez, de Grupo Solitium; Ramón Añaños, consultor de marketing en Cámara Zaragoza; José Miguel Paz-Peñuelas, de Hiab Cranes; José María Alzaga, gerente de Gotor Comunicaciones; David Herrando, de Ibercaja; Carmen Herrarte, directora de T-Zir; Luis H. Menéndez, jefe de economía de Heraldo de Aragón; Elena García-Lechuz, de marketing de Libelium; Raúl Benito, presidente de Eboca; Daniel Atarés, de Atarés Mosaics; Mariano Garza, de Expande Logística; Enrique Torguet, responsable de marketing de La ZaragozanaAlberto San José, de Soluciones Informáticas Megasoft.

La primavera nos deparará dos vermús más: con Enrique Torguet, de La Zaragozana (28 de abril), y Luis Humberto Menéndez, de Heraldo de Aragón (26 de mayo). Los interesados en participar en algunas de estas citas, pueden solicitar ya su plaza a través del correo redaccion[arroba]camarazaragoza.com.

 

Compartir:
Redaccion