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Félix Arrizabalaga: “Gardeniers ha contribuido a mejorar la percepción social de Atades”

  • El gerente de Atades visita la mesa abierta de Redacción Club para hacer balance del proyecto de jardinería y agricultura ecológica Gardeniers, en el que trabajan unas 35 personas con discapacidad intelectual.

Más de medio siglo de trayectoria en la atención a personas con discapacidad intelectual avalan la labor de Atades. A través de su red de centros asistenciales y ocupacionales, colegios, club de tiempo libre y viviendas tuteladas, entre otras iniciativas, esta asociación da servicio a más de 1.500 usuarios. Uno de sus proyectos más recientes e ilusionantes es Gardeniers, centro de jardinería y horticultura ecológica. Para hablar sobre esta iniciativa, y sobre cómo es gestionar una organización social de esta magnitud, visitó la mesa abierta de Redacción Club Félix Arrizabalaga, gerente de Atades.

Félix Arrizabalaga

Félix Arrizabalaga, gerente de Atades y Gardeniers. Fotos: Arturo Gascón.

Según explica Arrizabalaga, Atades vivió un punto de inflexión en 2008, cuando dio un giro estratégico a su imagen y su economía. “Abocados por el contexto de crisis, decidimos intentar fortalecer nuestros vínculos con la sociedad. Hasta entonces, Atades había sido muy endogámica, y eso era una debilidad. En el plano financiero, en 2011 decidimos que teníamos que ser dueños de nuestro destino, reforzar nuestras vías de financiación a través de la captación de fondos privados”.

Gardeniers, que ha jugado un papel muy importante en este reposicionanmiento, ha sido “muy positivo por el impacto social, tanto como mejora de la marca como por cómo ha ayudado a las personas participantes a mejorar sus capacidades y autoestima”, afirma Arrizabalaga. Sin embargo, reconoce que, en el plano empresarial, “está siendo más complicado de lo que pensábamos y todavía no somos completamente eficientes”. “Nuestra experiencia es que los proyectos empresariales de este tipo requieren una maduración mayor que los habituales, necesitan fijarse horizontes más largos”, señala. De momento, la sección de jardinería de Gardeniers ya es sostenible, mientras que confían en que en dos años la agrícola se sitúe en los mismos términos.

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En estos momentos, Gardeniers Agricultura da trabajo a 17 personas, 15 de ellas con algún tipo de discapacidad, y el proyecto en su conjunto implica a unos 35 empleados. En sus parcelas en Alagón, San Mateo de Gállego y Montañana producen verduras y hortalizas ecológicas, que comercializan tanto en fresco como en conserva. Cuentan también con una línea de aceite y también una de miel, esta última con origen en unos terrenos en Jaca para los que ya tienen muchos planes de futuro.

En cuanto a su línea de conservas, Arrizabalaga comenta que surgió casi como una necesidad: “Es complejo dar salida a todo el producto de temporada, así que la transformación es la forma natural de desestacionalizarlo. Además, es otra manera de dar valor a las capacidades de las personas con discapacidad intelectual”. Tras una primera experiencia con conserveras externas, se dieron cuenta de que la mejor solución era abrir su propia planta de producción que esperan tener en funcionamiento en septiembre de este mismo año.

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¿Cómo se comercializan productos tan especiales como los que elabora Gardeniers? “Aunque el impacto social que buscábamos era en el ámbito local, la demanda de aquí no es suficiente para alcanzar la sostenibilidad, así que la hemos buscado a través de la exportación a mercados europeos: Alemania, Dinamarca y Francia, y estamos estudiando abrirnos a Reino Unido y Japón”, explica Arrizabalaga. El gerente de Atades reconoce la complejidad de un proceso para el que carecían de experiencia previa: “Cada mercado es distinto, con preferencias y exigencias que obligan a producir de forma adaptada”, asegura, citando como ejemplo el reducido tamaño de las sandías que se comercializan en Dinamarca.

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A punto de completarse el plan estratégico que Atades se fijó en 2012 y, aunque falta un balance en profundidad, Arrizabalaga adelanta que Gardeniers ha contribuido decisivamente al vuelco en la percepción que la sociedad tiene de la entidad, algo en lo que también ha sido decisiva la campaña por un nuevo colegio en San Martín de Porres. El gerente de Atades tampoco se olvida de otros proyectos menos conocidos – “son más sutiles, pero decisivos a la hora de tejer redes de colaboración”-. Cita por ejemplo un proyecto de atención a víctimas con discapacidad intelectual, a través del que han establecido lazos con la judicatura y las fuerzas del orden.

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LA OPINIÓN DEL EXPERTO: RAMÓN AÑAÑOS

Ramón Añaños, consultor independiente de marketing y estrategia online.

Ramón Añaños, consultor independiente de marketing y estrategia online.

No es normal hablar en un foro empresarial de una organización asistencial como Atades. Aunque es habitual que incluyan en su estructura centros especiales de empleo, entidades que actúan en mercado empresarial, no suelen aportar rasgos de interés en el mundo de la gestión empresarial (aunque el trabajo de organización industrial y gestión de RRHH de estas organizaciones presenten perfiles que requieren gestores y profesionales especializados).

Si bien es verdad que técnicamente, Gardeniers es un centro especial de empleo, su enfoque empresarial es muy diferente. Es muy, muy interesante. Félix, nuestro protagonista en esta mesa abierta, explora con Gardeniers territorios puramente empresariales, y lo hace con originalidad y talento -el suyo y el del gran equipo que le rodea-.

Con Gardeniers, la división de agricultura ecológica de Atades, la asociación hace una ejercicio de búsqueda de diferenciación, creación de valor, marca y apertura de canales de distribución y exportación.

Jesús Soto, presidente de Atades, puso a Félix hace 9 años al frente de esta gran organización. En ese tiempo, la marca Atades se ha modernizado y ha abierto vínculos con la sociedad en multitud de frentes: institucional, empresarial, periodístico, social… convirtiéndose en una marca muy presente y con una gran capacidad de influencia, lo que es muy bueno para sus intereses.

Félix ha visto la necesidad de ampliar el campo de acción de sus centros especiales de empleo y ha comprendido que el enfoque necesario debía ser diferente al habitual. Bajo su dirección se ha creado Gardeniers, una marca ya muy conocida, y no solo por el componente social, sino por la calidad de sus productos y la profesionalidad de sus equipos.

Estos días se ha anunciado el proyecto de puesta en marcha de una planta conservera. Con esta nueva pieza se completa el esquema ideado desde un primer momento, pero se afronta un gran reto de gestión.

La marca Gardeniers de productos de agricultura ecológica se ha ganado un sitio en el mercado de verduras frescas y de conservas de calidad, asociada no solo a los valores tradicionales de salud y respeto medioambiental de esta categoría de productos, sino al de un producto de una calidad gastronómica superior, que cuida mucho la presentación. No en balde, todo el desarrollo gráfico de la marca ha corrido por cuenta de Estudio Versus.

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Isabel Lecina (en el centro), directora de la Fundación Basilio Paraíso, participó en la acción ‘Frutero por un día’.

Con la presencia de Gardeniers en cada vez más puntos de venta y, sobre todo, en el mercado agroecológico de la Plaza del Pilar -donde se realiza la acción #Fruteroporundía, con la que que numerosas personas muy conocidas en el mundo empresarial, social, periodístico y cultural de Zaragoza han pasado por el puesto del mercado para ayuda a vender su verdura-, el proyecto ha alcanzado uno de sus dos objetivos fundamentales: el impacto social, dar visibilidad a un proyecto que sirve para dar trabajo a 17 personas con discapacidad intelectual. El otro objetivo, el de la sostenibilidad financiera, está en vías de lograrse, algo que ya han conseguido en la división de jardinería .

Con la puesta en marcha de la conservera, no solo se ampliará la base de trabajadores de la empresa, auténtico objetivo del proyecto, sino que se solucionarán los problemas que hasta ahora han limitado la capacidad de la marca para poner en el mercado nuevos productos y dará un salida estable a la gran capacidad de producción de fresco que va consolidando la empresa, aunque, de forma paralela, supondrá un gran reto de gestión de la productividad y de comercialización.

Pero a mí lo que más me llama la atención de proyecto tiene que ver con el refuerzo de la marca. Y es que si la marca Gardeniers ya está asociada a un estilo de producción tradicional llevado a cabo con dedicación por trabajadores muy vinculados con el proyecto en huertos propios, la conservera terminará de cerrar el círculo con el procesamiento de la producción. Más que verlo como un proyecto de integración vertical -lo que aporta un matiz puramente estratégico-, lo veo más con los ojos del atractivo, el mismo que adorna a los buenos vinos “embotellados” en la propiedad y todo el sabor y la autenticidad que esa expresión sugiere. Es algo que no acostumbramos a ver en las marcas industriales de conservas. Ese toque de autor, de productor, es lo que puede hacer de la marca algo muy sugerente de cara a la comercialización en el mercado nacional y exterior.

En definitiva, el invitado que nos acompañó en esta mesa abierta no solo es un extraordinario gestor de una entidad asistencial con cientos de trabajadores y miles de personas atendidas, sino un empresario en toda regla, con una visión que ya querrían para sí la mayor parte de ellos.

 

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