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«Kühnel quiere contribuir a una sociedad más culta, por eso somos rigurosos»

Javier Kühnel pasó por la mesa abierta de Redacción Club para repasar la trayectoria y los retos de la histórica  Escuela de Negocios Kühnel.

Javier Künhel

Javier Künhel. Fotos: Arturo Gascón.

Pocas empresas pueden presumir de acercarse a los 100 años de existencia. Desde que en 1926 abriera sus puertas la Academia Kühnel en Zaragoza, hasta 2018, en el que este apellido es uno de los referentes de la formación para directivos, han pasado 92 años de cambio y evolución, siempre bajo una premisa: el máximo “rigor” en lo que hacen. Para hablar de esta trayectoria, Javier Kühnel, tercera generación al frente de esta empresa familiar, visitó la mesa abierta de Redacción Club, el formato de entrevistas ofrecido por Kalibo Correduría de Seguros.

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Uno de los principales retos que afrontan las empresas familiares son los procesos de traspaso del mando a las nuevas generaciones. “Afortunadamente, en Kühnel han sido convivencias y transiciones cómodas. Mi abuelo tuvo la visión de que, en aquellos complicados años, la gente necesitaba cualificarse; mi padre aportó una capacidad de trabajo brutal y apostó por la innovación, supo también ver cómo podíamos ser útiles a empresas y alumnos; mi incorporación en 1996 al organigrama directivo supuso la orientación hacia la formación de directivos y titulados universitarios”, relata Javier Kühnel. Y mientras llega la cuarta generación – «aún hay tiempo»- , el actual directivo asegura que todavía tiene por delante “una cantidad de retos apasionantes”.

El sector de las escuelas de negocio es “muy competido” y “tiene mucho ruido, ya que no hay barreras de entrada para operadores con poco rigor”, lamenta Kühnel. Por eso, ellos no pierden de vista su objetivo histórico: “Queremos contribuir a formar una sociedad más culta, más sabia, por eso intentamos hacer las cosas bien”.

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Este afán se traslada en “ser rigurosos con los procedimientos y los servicios”. “Esto significa profesionalizar, entender que formar no es solo dar clase, esa es solo una parte más del proceso. Hay que humanizar todo el proceso, hacer un seguimiento constantemente del alumno”, enfatiza. Esta filosofía la aplican también a la innovación. “En formación, tienes que estar al día en los contenidos, pero donde reside el éxito es en innovar en la pedagogía, saber aunar metodología y tecnología. Si no sabes para qué vas a aplicar esas nuevas posibilidades, la innovación se queda coja”.

Otra de las claves de Kühnel es conectar a los alumnos con la realidad empresarial. “Buscamos profesores que sean buenos transmitiendo conocimientos, pero también que ocupen puestos directivos que les permitan conocer de primera mano de lo que hablan. A los alumnos les decimos siempre que su proceso de selección laboral empieza desde el primer día de máster, porque muchos contratos se formalizan durante el curso”, cuenta Javier Kühnel en referencia a uno de los grandes incentivos de su Escuela de Negocios.

Javier Kühnel

Sobre el perfil de los alumnos, el director de Kühnel explica que “tanto en Zaragoza como en Madrid los estudiantes de nuestros posgrados son muy similares, juniors que quieren prepararse para incorporarse al mundo laboral o que quieren crecer en su trabajo”. “Llegan con temor por un mundo en cambio; en nuestras aulas trabajamos para reconducir esto, para generarles confianza en sí mismos e ilusión, que se vean capaces de transformar las amenazas en oportunidades. Les decimos que sin ilusión, trabajo, esfuerzo y compromiso el recorrido es corto. El primer día de clase quizás dudan, pero al llegar a la graduación ya no hay incredulidad, porque han aprendido a creer en ellos mismos”.

En su acompañamiento a los alumnos, la Escuela de Negocios Kühnel presta especial atención a los detalles. “Nuestros clientes pasan con nosotros 200 días al año, no nos podemos permitir ni un fallo. Por eso las ceremonias de graduación son actos que se cuidan al máximo, porque para ellos es un día en el que se juntan con su familia, que ha contribuido también ha llegar a ese momento, y es algo que les va a quedar para el recuerdo”.

¿Cómo se mide el éxito de esta forma de hacer las cosas? “Más del 70% de nuestros nuevos alumnos llega por recomendación de antiguos alumnos, algo que indica que han encontrado en Kühnel lo que buscaban. También lo comprobamos en nuestra relación con las empresas; vemos que están satisfechos con nuestros alumnos: buscan personal bien formado y con compromiso, y es justo lo que les ofrecemos. Otro indicador, más difícil de medir, es cómo nos perciben las instituciones y organizaciones: Kühnel es una marca que transmite rigor”, concluye Javier Kuhnel.

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LA FIRMA

Ramón Añaños, consultor independiente de marketing y estrategia online.

Ramón Añaños, consultor independiente de marketing y estrategia online.

Cuando se comprueba la evolución de Kühnel a lo largo de su historia, uno podría caer en la tentación de interpretar el salto de una academia de formación a una gran escuela de negocios como un ascenso de categoría, producto del trabajo de la última generación al frente de la firma.

Pero seguramente estaríamos equivocados.

La Escuela de Negocios Kühnel que vemos hoy día es, sin duda, excelente, y representa el máximo nivel de la oferta formativa preparatoria para la incorporación laboral de muchos directivos a las empresas de Zaragoza. Además, tras sus acuerdos con el Centro Universitario Villanueva, ha sido capaz de extender sus actividades a Madrid.

Pero la Academía Kühnel de hace 30 años no suponía menos que la actual, en absoluto, para la Zaragoza de entonces. Mis recuerdos de lo que representaba la marca Kühnel en la formación de los cuadros directivos de aquella época la situaban entre lo mejor que se podía encontrar entonces, en términos de imagen,  instalaciones, calidad formativa y relación con el mundo de la empresa…

Exactamente igual que hoy. La que ha evolucionado es la sociedad española y el mundo de la empresa, y Javier ha sabido estar a la altura de lo que construyó su padre, del que ha heredado – no puede disimular su orgullo- los valores que han hecho que su marca – su apellido- se asocie desde hace 90 años a la preparación de muchísimos jóvenes para los retos que se van a encontrar en el ámbito laboral.

También Kühnel afronta retos. Javier parece tener claro por dónde tiene que ir el futuro de su empresa, para que continúe siendo una institución de referencia en formación y siga contribuyendo de manera decisiva a la economía de Zaragoza.

 

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Redaccion