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Clara Arpa: «La clave para aplicar criterios de sostenibilidad es creérselo”

  • Clara Arpa, directora general de Arpa EMC, ha sido nombrada miembro de la junta directiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas para el impulso de los objetivos de desarrollo sostenible.

Clara Arpa repite en la mesa abierta de Redacción Club, tras una primera visita a principios de 2017. El motivo lo merece: la aragonesa ha sido nombrada miembro de la junta directiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas, buque insignia de la organización internacional para la acción empresarial responsable.  La directora general de Arpa EMC (Equipos Móviles de Campaña) explicó qué supone este cargo en una conversación con Juan Royo, consultor de RSC, y Eduardo Sanz, presidente de la Comisión RSE de Cámara Zaragoza, dentro del formato de entrevistas patrocinado por Kalibo Correduría de Seguros.

¿Qué hace una aragonesa en la junta directiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas? “Eso mismo me pregunto yo”, responde entre risas Arpa. “Buscaban el perfil de mujeres del mundo de la empresa, y se decidieron por mí porque querían dar ejemplo a las pymes, ya que están especialmente contempladas en el Pacto Mundial como forma de contar con el sector privado, porque ¿cómo va a dejar de lado un colectivo que llega al 70% de la población?”, explica. Y cuenta con una ventaja: “Como el cargo no es remunerado, puedo decir lo que me da la gana”, dice divertida.

Aunque asegura que fue “una sorpresa” recibir la llamada de la ONU, los mimbres para recoger este fruto habían comenzado a entrelazarse mucho antes. Ella se hizo cargo de la empresa familiar en 2011 con un objetivo: “Tras casi 40 años de actividad, me pregunté cómo podía hacer sostenible Arpa EMC en los próximos 25 años”. Así, en 2015, la compañía fijó su estrategia en base a criterios de responsabilidad social corporativa (RSC), según el modelo fijado por el Pacto Mundial. “Aunque somos muy nuevos en este terreno, hemos conseguido que funcione. Estamos muy orgullosos y creemos que podemos aportar mucho al mundo”. La clave, afirma, “es creérselo” y que toda la empresa “tire del carro”.

Sobre los objetivos de la ONU, explica que “la RSC ha muerto y ha nacido la sostenibilidad”. El Pacto Mundial contempla 17 objetivos de desarrollo sostenible, de los que, asegura Arpa, “es imposible que una empresa, en su día a día, si hace las cosas bien, no esté trabajando ya alguno”. Entre esos objetivos están la lucha contra la pobreza, la igualdad de género, el trabajo decente, la acción por el clima…

En el caso de Arpa EMC, el camino hacia el cumplimiento de estas metas se desarrolla de forma transversal en toda la empresa, sin un departamento específico de RSC. Insiste, una vez más, en la necesidad de “interiorizar” el cambio. Para ello, primero hay que concienciar a los empleados, y de ahí extender la filosofía de la sostenibilidad a “proveedores, asociaciones sectoriales, etc”. Los mejores aliados son, asegura, “aquellos que tienen claro que hay que hacerlo”.

Eduardo Sanz, Airtex

Eduardo Sanz y Clara Arpa.

Arpa EMC fijó su estrategia en el horizonte 2020, así que se encuentra a mitad de recorrido. Hasta el momento “hemos intentado cambiar procesos, dar formación a los empleados, igualar las categorías laborales… Hemos invertido en desarrollo sostenible igual que se puede invertir en tecnología, pensando que dará resultado y que hará la empresa sostenible”. Aunque cuando empezó a plantear estos cambios “pensaron que me había dado algo” y “fue duro” que calaran en la plantilla, hoy pueden felicitarse de ser una compañía que en la fabricación de sus productos “consume menos y produce menos residuos”. Cuentan incluso con un plan de ahorro energético que contempla llegar al cambio de década en disposición de vender energía a la red.

“Una tras otra fueron cayendo todas las fichas”, y así surgió la fundación CIDS (Centro de Innovación para el Desarrollo Sostenible). Bajo el lema “Si no es sostenible, no es desarrollo”, se han propuesto “comunicar y compartir lo que estamos haciendo” en esta materia, además de impulsar proyectos como el de saneamiento y potabilización del agua en la escuela  de San José de Playón, en la región María La Baja, Colombia. Una iniciativa posible gracias a su innovación empresarial, ya que llevan varios años trabajando con tecnologías para el tratamiento de agua a partir de energía solar.

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