Cata de ideasDestacadoEventos clubRedacciónReportajes

Albert Boadella, en Club Cámara: «Tabarnia ha colocado ante el espejo a los independentistas»

  • El fundador de Els Joglars, «presidente de Tabarnia en el exilio», conversó en Cámara Zaragoza con el periodista José Javier Rueda y la empresaria Valle García de Novales
Albert Boadella

Albert Boadella, en Cámara Zaragoza.

«Mi padre fue un republicano represaliado y estaba en el exilio, así que crecí hasta los 10 años asilvestrado. A esa edad me llevaron a París, y lo primero que hice en el nuevo colegio fue morder a un niño francés porque me dijo que él era protestante«. Con esta anécdota, definitoria de su carácter subversivo, arrancó ayer su intervención en ‘Cata de Ideas’ el dramaturgo Albert Boadella. El proclamado como «presidente de Tabarnia en el exilio» visitó el formato de debate de Club Cámara para conversar con los socios de la plataforma empresarial sobre la situación política y, también, sobre los límites de la libertad de expresión. Ejercieron de moderadores José Javier Rueda, jefe del Área de Nacional, Internacional y Economía de Heraldo de Aragón, y Valle García de Novales, socia de A/V Asesores.

Boadella comenzó recordando cuando en 1977 fue procesado por la obra de teatro La Torna y sometido a un consejo de guerra: «Consideraron que estábamos insultando a los militares, cuando la realidad es que mi objetivo nunca ha sido insultar, sino hacer arte, y creo que aquella representación lo era. En 1983 se volvió a armar con Teledeum, una sátira sobre la modernización de los ritos religiosos; fuimos procesados y juzgados, y el magistrado falló a favor nuestro en una sentencia importante, que fijó que lo artístico prevalecía sobre la mofa». Por ello, opinó que «si el rapero Valtonyc, en lugar de recitar frases, hubiera cantado sobre música de Verdi, un juez le hubiera dado la razón». Aun reconociendo que en democracia son necesarios, Boadella consideró que «si no hay insulto o incitación al terrorismo, los límites de la libertad de expresión deben de ser más laxos».

Ramón Añaños, Albert Boadella, José Javier Rueda y Valle García de Novales.

Ramón Añaños, Albert Boadella, José Javier Rueda y Valle García de Novales.

Boadella lleva años posicionado como una de las voces más críticas con el proceso independentista catalán. «No hablamos de política. Son una secta de casi 2 millones de personas que no se mueven por cuestiones políticas, razones objetivas o conocimientos históricos, sino por una inducción paranoica por parte de unos dirigentes, que empezó con Jordi Puyol. Han ejercido el control sobre los medios y la educación, y han ejercido el chantaje sistemático a Madrid. Toda estructura paranoica necesita de un enemigo común, que ha sido España y todo lo que representa», explicó.

En base a este diagnóstico, Boadella aseguró que «las soluciones políticas no existen; solo cabe abordarlo como una secta a cuyos adeptos hay que desprogramar». «No se puede dialogar con alguien que está en una secta», insistió el dramaturgo, para el cuál la solución pasa por aplicar el Artículo 155 de la Constitución -«totalmente legal»- «sin fecha límite», una medida para la que requiere «alguien que tenga energía y clarividencia». Boadella auguró que si se tomaba esta decisión «pasaría algo maravilloso: las escuelas seguirían enseñando el catalán, seguiría existiendo TV3, los trenes saldrían a su hora… Pasado el tiempo todo el mundo se darían cuenta de que todo funciona, y que ese Estado que consideran demoníaco no es tal». De lo contrario, «al final encontrarán la forma de salirse de redil», lo que será un problema «no solo para España, sino para toda Europa».

IMG_5961

Ante el desafío del proceso independentista, Boadella afirmó que «una nación no puede perder nunca la dignidad». Así, «el Estado no puede tolerar que un presidente regional le declare la guerra, que un tipo en el exilio dicte las directrices o que un señor acusado de golpe de Estado sea consultado sobre los presupuestos». «El señor Sánchez -dijo en referencia al presidente del Gobierno- permite esto porque quiere seguir sentado en la Moncloa y preparar desde esa posición las elecciones. Este camino va a acabar mal, aunque el anterior presidente tampoco fue un ejemplo: solo aplicó la puntita del 155 y los otros le ganaron por goleada». Boadella no dudó en hacer extensiva al responsabilidad a «los sucesivos gobiernos que han alimentado al monstruo, han dado al niño mimado dinero a punta pala», causa a la que sumó el traspaso de las competencias de educación a las comunidades autónomas, que calificó como «nefasto».

Como presidente de Tabarnia, Boadella defendió que esta iniciativa satírica ha contribuido a «oxigenar» la sociedad catalana, «colocando ante el espejo a los independentistas para que vean lo insensatos que son». «Queremos mostrar lo ridículo de su posición, aunque esos 2 millones de personas son impenetrables».

El dramaturgo reveló que los vecinos de su pueblo, donde predomina el independentismo, le han retirado el saludo y le han arrojado bolsas de basura al jardín. A esto se añadió la «muerte civil» a la que denuncia se le ha sometido en Cataluña, algo que calificó como «métodos similares al nazismo». «Esta situación no se arregla sin la intervención del Estado español, los catalanes por sí solos no encontrarán la solución», sentenció, reconociendo que es «pesimista» ante el futuro.

 

 

Compartir:
Redaccion